viernes, 6 de febrero de 2009

En esta esquina: ¡Qué le corten la cabeza! — dijo alguien como mecanismo de control ante cualquier ejercicio de lógica en el alucinado –y no por ello, menos verídico– mundo de  Lewis Carroll.  Mientras que en diagonal, frente a su colección de pergaminos y títulos, el doctor agrega: ¡Que le corten los ovarios! como primera alternativa médica a la inevitable histerectomía de la ex actriz porno -cuya versión de Alicia no viene al caso- que corona la cadena genealógica derivada del forzoso oficio de las indias de encomienda.  Este fenómeno ligado a la Donación Papal de la Bula Inter Caetera en el siglo XV – evolucionó en significación, de usufructo a propiedad, justificando los mecanismos de vigilancia y sucesión de bienes de consumo de la cultura católica patriarcal y falocéntrica de la colonia. ¡Tinng! Fin del primer round.

El historiador Meléndez Obando argumenta que el estudio de protocolos legales coloniales, como testamentos, codicillos y cartas dotales: …nos permite establecer filiaciones y darnos una idea más clara acerca de la vida cotidiana de nuestros antepasados, pues contienen datos sobre su condición social y económica…Sin embargo, estos datos sobre transferencias materiales de medios de producción o consumo permiten también encaminarnos “hacia el granero”, al develar elementos de la política sexual dominante, basada no solamente en el control de las utilidades materiales, sino también en su correlato humano y simbólico. Por ejemplo, en la carta de dote de Juana Sánchez emplazada por Diego de Esquivel (1638) se dice: “y quando se trato y conserto el dho/ cassamiento se me amando en dote / y para ayuda de sustentar las cargas […] Recibo de los / dhos mis señores y suegros / en docte y cassamiento / con la diha Juana sanchez / mi espossa los bienes y cossas siguites... [sic] 2” ¡Tinng! Fin del segundo round.

El concepto “dote” quizá importa resabios del areté griego (αρετή), en que la mujer-trofeo servía para mermar la honra del enemigo, incluso si se tratara de un rapto voluptuoso.  Ella figura como parte de una transacción homofilial, en la que carente de autonomía, se convierte en parte los bienes administrados por el hombre: muebles, joyas, casas, vacas… Es otro caso de violencia consensuada, ya sea a través de actos de desenfrenada brutalidad o del más refinado de los aprendizajes, opera sobre la mentalidad de los colectivos humanos, heredando y trasmitiendo las estructuras básicas de dominación. Aquello debidamente legislado en el pasado, no deja de repercutir en el presente a través de las relaciones tradicionales con los bienes, las conductas, los cuerpos, los pensamientos, las formas de castigo... ¡Tinng! Fin del tercer round.

El castigo en sus muy variadas presentaciones bien puede ir desde la violencia cotidiana en el lenguaje contemporáneo con el que se excluye, invisibiliza o ridiculiza la presencia de la mujer que sigue trasmitiendo remanentes de jerarquía sexual tradicional.  Su utilización como gancho al ojo en la mercadotecnia editorial, hasta los cada vez más sonados casos de femicidio doméstico cuando se apela a la autodeterminación, sin que aún se hallan reconstruido las estructuras mentales que siguen rigiendo los comportamientos masculinos sobre pertenencia y protectorado, se traducen en el lenguaje periodístico al eufemismo: crimen pasional. ¿Y cómo se comprenden las pasiones si se estaba hablando de propiedades? ¡Tinng! Fin del cuarto round.

Si tanto la lolita del profesor de lógica como la ex actriz en menopausia forzada y sin descendencia, han sido sobredeterminadas por su útero dentro de los parales de la política sexual del imaginario histórico masculino, es válido preguntarse si en la colonia podían disponer de su dote en caso de muerte del pater familias, cuantas sortearon las regulaciones morales, sociales, políticas, sexuales, intentando la utopía parricida del “Jaque Mate” y revirtiendo las reglas del juego a su favor.  O bien, las ignoraron entregadas a la evasión por opio u otras formas de huída mental antes que la realidad volviera y.... ¡Tinng! Fin de pelea: Muerte por nockout.

Sila Chanto
2005-2009.